lunes, 16 de enero de 2017



Hoy una de las personas más tenaces y valientes que conozco me ha dicho que no era nadie sin su silla. Le he enviado un mensaje de enfado, y le he respondido que no me dijera eso, que era mentira, que él era capaz de caminar hasta con los dientes si hacía falta, y ha sonreído. A las tres horas, ha aparecido con su coche adaptado y ha venido a saludarnos. Él es capaz de todo.

Soy incapaz de no valorar y apreciar los gestos de amabilidad desinteresada de los demás, e intento cada vez más poder ser igual, perder el miedo a ser yo misma, ayudar y que me resbale que a veces puedan llamarme estúpida. Porque no soy estúpida, creo que tratar de ser mejor persona y creer en la bondad de la gente es la mejor cualidad que tengo.




sábado, 7 de enero de 2017

Una pizca de madurez para comenzar el 2017

Los últimos meses han supuesto para mí un gran cambio como persona, ente... habitante del planeta tierra.
He pasado de no comprenderme a mí misma o lo que estaba haciendo cual autómata a tomar plena conciencia de hasta el aire que entra y sale de mis pulmones, que estoy viva y que tengo que aprovechar mi estancia al máximo.

He aprendido que las personas sufrimos, que cometemos errores, que nos arriesgamos y caemos. Que hay personas que no se atreven a dar el paso de caída y luego se arrepiente. Supongo que deduciréis que yo me encuentro entre los primeros... pero yo quiero a personas de los dos grupos. Tanto a los valientes como a los prudentes. Porque en realidad todo es pasajero y todos vamos a tener momentos en la vida que nos den miedo y otros que nos parezcan pan comido.

He aprendido sobre todo que el amor es conocimiento y aceptación incondicional del otro. Es dar y no esperar nada a cambio, eliminar el ego, ser flexible, es dejar que fluyan las energías, ser libre, cuidar y dar todo lo bueno que hay en ti. Sin bondad, buenas intenciones y transparencia, no existe. Se aplica a todos los ámbitos: la familia, los amigos, el trabajo, una posible pareja y sobre todo a ti mismo.

He aprendido que hay que perder el miedo, dejar atrás lo que ya ocurrió, aceptar tu "yo" del pasado y no olvidarlo nunca. Es imposible partir de cero, pero el tiempo cura las heridas y te hace verlo con una nueva perspectiva...

He aprendido que todo el mundo tiene sus debilidades, traumas y experiencias. Que no hay que juzgarlas, simplemente tratar de aliviarlas lo mejor que se pueda, apoyar, reconfortar y querer. Que la mente humana es frágil y que a veces es mejor callar cuando tu opinión no es constructiva.

He aprendido que si deseas compartir tu espacio con alguien debes estar seguro, que si algo no te convence no te convencerá nunca, y que en este caso para minimizar los daños es mejor que no ocurra nada.

He aprendido que es mejor cortar de raíz que seguir dándole vueltas a cosas que no tienen sentido. Y más cuando pueden afectar a otras personas que no tienen la culpa.

He aprendido que a veces las cosas buenas vienen en el momento justo, y que puedes abrazarlas y quererlas y entregarte sin esfuerzo. Que realmente no sabes muy bien por qué, pero que te sale de dentro y quieres hacerlo. Que para entonces debes estar preparado y verlo, estar muy atento y protegerlo como si se tratara de una pompa de jabón.

Y en ello estamos... seguimos aprendiendo, para que cuando se explote la burbuja caigamos sobre un lecho de plumas sin fondo o una cama elástica que vuelva a subirnos. Para que cuando encontremos nuestras debilidades, miedos y defectos consigamos un equilibrio, nos compensemos y sigamos creciendo juntos.

Y esas... son mis reflexiones para comenzar este 2017, que parece cargado de emociones...