Murió una madre, dejando tristes
Dos huerfanitos, hijos del alma,
Que en sus plegarias, todas las noches
¡Madre querida! ¡Madre! Exclamaban
Dos huerfanitos, hijos del alma,
Que en sus plegarias, todas las noches
¡Madre querida! ¡Madre! Exclamaban
Tú te llevaste nuestra alegría,
nuestro embeleso, nuestra esperanza
¿ Qué hay en la tierra para nosotros
Sin tus sonrisas y tus miradas ?
nuestro embeleso, nuestra esperanza
¿ Qué hay en la tierra para nosotros
Sin tus sonrisas y tus miradas ?
Todo está oscuro, todo en silencio,
Madre querida, madre adorada
Tú te llevaste nuestras venturas,
Para dejarnos luto y desgracias
Madre querida, madre adorada
Tú te llevaste nuestras venturas,
Para dejarnos luto y desgracias
Si de los cielos donde resides,
Ves a tus hijos con penas tantas,
¡Ay madre!... envía pronto un consuelo
Con que se enjuguen ya nuestras lágrimas
Ves a tus hijos con penas tantas,
¡Ay madre!... envía pronto un consuelo
Con que se enjuguen ya nuestras lágrimas
Así decían, tristes, los niños
Que antes nadaron en la abundancia
Y hoy, harapientos, con hambre y frio
Sobre un escaño se acoquinaban
Que antes nadaron en la abundancia
Y hoy, harapientos, con hambre y frio
Sobre un escaño se acoquinaban
Y a los silbidos que daba el viento
Y los golpazos de las ventanas
Llenos de miedo, tristes, medrosos
-¡Madre querida! ¡Madre! Exclamaban.
Y los golpazos de las ventanas
Llenos de miedo, tristes, medrosos
-¡Madre querida! ¡Madre! Exclamaban.
Ya fatigado, dijo el pequeño
¿Cómo podemos ir a buscarla,
Cuando ignoramos hasta el sepulcro
Tan hondo y frio do está enterrada?
¿Cómo podemos ir a buscarla,
Cuando ignoramos hasta el sepulcro
Tan hondo y frio do está enterrada?
¿Quieres que a casa ya nos volvamos?
¿Ves del camino cuanto nos falta?
Pero a buscarla más decidido
Dijo el primero con arrogancia
¿Ves del camino cuanto nos falta?
Pero a buscarla más decidido
Dijo el primero con arrogancia
Sobre mis hombros muy satisfecho
Te llevaría si es que te cansas
Pero la tumba de nuestra madre
¿Cómo sus hijos no han de encontrarla?
Te llevaría si es que te cansas
Pero la tumba de nuestra madre
¿Cómo sus hijos no han de encontrarla?
Por fin llegaron y de rodillas
Sobre una losa, ríos de lágrimas
Tristes vertían, cuando observaron
Que una tormenta se preparaba,
Sobre una losa, ríos de lágrimas
Tristes vertían, cuando observaron
Que una tormenta se preparaba,
Cubrieron tristes con sus ropitas
aquella losa, por que las aguas
no penetraran hasta su madre
y se volvieron llorando a casa.
aquella losa, por que las aguas
no penetraran hasta su madre
y se volvieron llorando a casa.
A. Machado. "Dos huerfanitos"
E. la recita de memoria mientras unos lagrimones corren por sus mejillas.
¡Se acuerda de mi madre! Se emociona. - dice la hija.
No sé qué tendrá el cerebro, tan misterioso y selectivo, que aunque estemos en proceso de pérdida de memoria los sentimientos perduran. Son algo visceral e innato, supongo, sino tampoco entiendo que M. D. note la llegada de fechas tristes para ella...
Solo sé que tengo la necesidad de que esto quede en línea para poder leerlo y recordar la emoción, la tristeza y los vívidos recuerdos que extrañamente permanecen en la mente desmemoriada de E. y lo afortunada que soy al ir descubriéndolos poco a poco y que no se pierdan, porque permanecen en los míos...